El ADIOS
Con una cena iluminada a cuatro velas
nos dimos un suspiro muy profundo
a media luz, un fruncido de tus cejas
cuestionaron ironías de éste mundo.
Afuera soplaba el viento casi ansioso
pues quería curiosear nuestro momento
yo inquieta, y tú de pronto temeroso
despedimos ése mutuo sentimiento.
Nos miramos, reímos y lloramos
y la tristeza dejó quebrar mi voz,
en un torbellino de duda nos quedamos
y pronto nuestro sueño, flotaba en un adiós.
Novia De Los Montes
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