Cuando yo miro a mi madre
Y ella sonríe abiertamente
Muchos abrazos yo quiero darle
Acariciar sus mejillas y besar su frente.
Ya está muy anciana, mi santa madre
Pero es alegre como ninguna
Aún conserva genio agradable
Convierte en niña y juega en su cuna.
Vierte en su rostro el agua de lluvia
Y en cálidas noches le habla a la luna
Y aunque su mente ya está que enturbia
Es adorable, y no hay otra alguna.
Ya se entremezcla, su piel tan pura
Llena el cabello de canas rubias
Y aunque su frente llene de arrugas
Me da consejos y mis penas cura.
Novia de los Montes
domingo, 4 de mayo de 2008
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